viernes, 13 de febrero de 2009

Cuando se espera vida... y no llega

Foto: Uma manita
Nadie está preparado para la muerte de un hijo. Perderlo es, seguramente, uno de los dolores más grandes que existen.

Perder un hijo que aún no ha nacido es también una experiencia desoladora y terrible. La ilusión en esos meses de espera, soñar con él e imaginar mil caras, mil nombres para ese bebé que anhelamos y luego no mecerle, llegar a casa sin él, es devastador.
Poco importan las razones; cuando se espera vida y ésta no llega, cuando la espera tiene un final triste en vez de uno feliz, no existe consuelo. Parir a un hijo al que sólo tendrás en tus brazos un momento tiene que ser casi como que te arranquen el corazón. En algunos hospitales ni siquiera dejan que la madre vea al niño.

Actualmente no existen (o si los hay, están incompletos y son poco empáticos) protocolos específicos para las mamás que se encuentran en un proceso de abortar o parir un niño que no está vivo. Todo es ambiguo y poco personalizado. He tenido que escuchar muchas veces –tragándome las lágrimas- el dolor de mujeres que han pasado por este terrible momento al lado de otras que están en un trabajo de parto feliz. A la pena de estas mujeres se suma la alegría de otras. Algo inhumano e injusto.

Muerte perinatal o neonatal... parece tan complicado... tiene un nombre poco compasivo. Como si esos bebés no tuvieran derecho a un nombre y a ser parte de una familia. De hecho, la ley no contempla todavía estos casos; no se puede inscribir al hijo no nacido en la libreta de familia y el único soporte legal para esa inscripción es, de momento, la Reforma Amanda, una proposición no de ley, impulsada por unos papás que perdieron a su hijita.

Existen pocos recursos sobre este tema. Es una cuestión delicada en la que nadie quiere ser “sujeto activo” y que todavía resulta tabú en cualquier conversación. Nadie quiere imaginar jamás que algo tan triste nos suceda algún día y no sabemos cómo enfrentar a la amiga, la vecina, la conocida que cruzamos por la calle sin embarazo y sin niño.

Uno de esos recursos es Uma manita, una página web desde la que se brinda apoyo a los papás que han sufrido esta pérdida y que está coordinada por una pareja que la ha vivido. Les dedico este espacio dándoles las gracias por hacer de su tristeza un instrumento de soporte y acompañamiento a otras familias e intentar cambiar con su trabajo desinteresado esos protocolos inhumanos; empujar leyes más solidarias y sensibilizar a la sociedad sobre un tema del que sabemos poco y al que, con toda razón, le tememos.


Los objetivos de Uma manita son apoyar, sensibilizar, concienciar y cambiar, por lo que a través de la página web promueven además de un cambio en la legislación sobre el Registro, reuniones de apoyo e información para padres y familiares, la emisión de folletos informativos para los hospitales o ciclos de formación para profesionales para que puedan apoyar a los padres desde el momento de la trágica noticia de la muerte, durante el parto y también después.
(Tomado de Europa Press)

Edito para poner esta noticia: Este miércoles 11 de febrero se ha aprobado una propuesta de ley en el Senado. La propuesta es para poder registrar a los bebés que nazcan muertos o mueran antes de las 24 horas. Ahora tiene que ir al Congreso, en un plazo de 2 meses. Se aprobó en el Senado solo por 3 votos, de 120 a 123.
Os pido que transmitáis esta información a quien consideréis que puede darnos apoyo con esto. Ojalá que se apruebe!!!

1 comentario:

Litzy Verónica dijo...

Qué hermosa iniciativa, es cierto, a nosotros tampoco nos dejarón inscribir a nuestro bebé en la libreta familiar.

Hay muchas normas, protocolos y reglamentos que deberian humanizarse a nivel mundial, hay tantas cosas que se han dejado sueltas...

Perder una vida que se espera es algo que marca el corazón para siempre...

Un beso Clau, me encanta tu blog

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