Prólogo al libro que reúne las ponencias del encuentro de Jaca, Maternidad y Ciclo vital de la mujer. Escrito por Ibone, compañera de EPEN y actual vicepresidenta de la Asociación.
por : Ibone Olza.
Madre y médico psiquiatra.
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La noticia probablemente pasó desapercibida: apenas un recuadro mínimo en la parte inferior de las páginas centrales de EL PAIS. El pequeño título decía que el gobierno indio pagará a las familias para que nazcan niñas. Luego explicaba que unos diez millones de fetos femeninos podrían haber sido abortados en los últimos veinte años, según un estudio publicado en la revista británica The Lancet. Y añadía que en algunas regiones del país existe ya un fuerte desequilibrio genérico.por : Ibone Olza.
Madre y médico psiquiatra.
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Diez millones de niñas. Diez millones de mujeres. Me quedé pensando sin saber que pensar (algo habitual en mi). Días antes había leído en otro periódico que la ecografía había sido elegida “la técnica médica más relevante de los últimos veinticinco años”. Gracias a la ecografía ahora podemos conocer el sexo de nuestros bebés durante el embarazo. Gracias a la ecografía se ha podido eliminar a millones de niñas antes de nacer por el simple hecho de ser mujeres.
Pensé en la alegría con que muchas mujeres embarazadas reciben en mi entorno la noticia de que su bebé es una niña. Intenté imaginar el tremendo dolor con que muchas madres indias habrán tenido que decidir interrumpir el embarazo al saber que era una niña. Me pregunté que íbamos a hacer en este mundo sin la energía de esos diez millones de niñas, cuánto las echaremos de menos sin darnos cuenta siquiera.
Unos días más tarde en el mismo periódico volvía a leer otra noticia inquietante. Se titulaba “India alimenta el negocio de las madres de alquiler”. Esta vez el tema ocupaba casi una página entera y comenzaba con la historia de “Jonathan Gher y su novio, ambos israelíes, tienen pensado contarle algún día a su hijo que fue concebido en India, en el útero de una desconocida, con el óvulo de una ama de casa de Bombay que eligieron de una lista por Internet”. Más adelante incluía frases como “el negocio conocido por el nombre de “deslocalización reproductiva” es nuevo en India pero se está extendiendo como la pólvora. Ha llegado un aluvión de solicitudes desde EEUU y Europa. Pagar por una madre de alquiler se legalizó en India en 2002. El precio total ronda los 16.000 euros, un tercio de lo que suele costar en EEUU. Las madres de alquiler firman por escrito que renuncian al derecho de maternidad. El nombre de la madre ni siquiera aparece en la partida de nacimiento. Esto facilita el proceso de sacar al niño del país. Las madres de alquiler lo hacen para dar a sus hijos una buena educación o para comprarse una casa. No creo que sea explotar a las mujeres. La madre de alquiler no sabe que está trabajando para unos extranjeros y que los futuros padres son dos hombres. El sexo entre homosexuales es ilegal en India”
Otro escalofrío. Otra vez sin saber que pensar e intentando imaginarme como se criará un niño gestado en la India y criado por dos padres israelíes. ¿Crecerá feliz, alegre y risueño con esos dos padres que al parecer tanto le han deseado?¿Extrañará en algún momento el poder abrazar con amor a la madre que lo gestó?¿Alguna de las madres que alquilan sus úteros habrá abortado a su propio bebé por ser niña?
Si yo considero la despenalización del aborto y el matrimonio homosexual como importantes avances sociales ¿por qué me siento tan desconcertada y en el fondo tan asustada cuando leo estas noticias en los periódicos en el mes de marzo del 2008?¿Porqué me producen tal desazón?¿Porqué siento que algo en este mundo va francamente mal? No tengo respuesta. Y sin embargo alguien que me quiere me ha pedido que escriba en estas mismas fechas este prólogo para el Libro de Maternidad y Ciclo vital de la Mujer. A mi que no sé que decir. Yo que sólo me atrevo a decir que no juzguemos a las madres, que sé que todas las madres queremos lo mejor para nuestros hijos. Otra persona me ha recomendado que lo escriba con amor. Con Amor.
Así que en medio de esa desazón leo estos textos que me van llegando y siento una vez más porqué es tan importante el curso de Jaca. Porque es tan precioso y tan valioso ese espacio de encuentro que surgió de las mujeres de Via Láctea y creció en la Universidad de Zaragoza y ya va por la quinta edición. Porqué más que una gota de agua en un océano es una pequeña bola de nieve que empieza a rodar desde lo alto de una ladera hasta convertirse en avalancha, ganando en fuerza e ímpetu conforme avanza.
Cuando empiezo a recordar el curso de Jaca siento que tengo que hablar de ellas, las madres de Beslán. La primera edición de este curso de verano tuvo lugar en los primeros días de septiembre del 2004. Mientras nos reuníamos y nos encontrábamos para empezar esta andadura otras familias vivieron esos mismos días un infierno que desde entonces se conoce como la tragedia de Beslán: un asalto terrorista en el primer día de escuela que terminó dos días más tarde con varios centenares de niños, maestras y madres muertas, el 3 de septiembre del 2004. Por aquel entonces, al volver de Jaca escribí estas líneas:
“Ya no cabe la euforia. Ni la alegría. Tal vez ni siquiera quepa la esperanza. Conforme regreso de Jaca a mi vida cotidiana voy conociendo los detalles del horror de Osetia. Las imágenes que voy viendo se mezclan en mi cabeza con lo vivido en estos días pasados en los que yo, adicta a la prensa escrita, deje de leer el periódico.
El colegio estaba lleno de madres y niños para celebrar la fiesta de principio de curso. Cuesta tan poco imaginar tantos reencuentros, abrazos, sonrisas, zapatos nuevos y nervios de niño pequeño de la mano de su madre en el patio escolar...Como hemos celebrado nosotras este nuestro curso, con tantos besos y risas...Recuerdo a Roland mirándonos a todas mientras su madre nos daba la charla con el colgado de la mochila mientras veo a unas cuantas mujeres con sus bebés abandondando el colegio número 1. Leo que una madre amamantó a más de cinco niños-rehenes y recuerdo con que emoción Mamen nos contaba como por fin había hecho realidad su deseo de dar de mamar al hijo de otra mujer...Pitágoras presenta un orificio de bala en la mismísima nuca...el retrato del sabio griego aun cuelga sobre la pared acribillada del aula de cálculo...Palabras que resuenan mientras todavía escucho a Carmen Tejero contándonos la vida de Pitágoras bajo las estrellas...Contemplo las fotos de todas esas madres rotas y me pregunto cuanto les dolerá el alma y el útero...Recuerdo a Pepa contándonos que las palabras más hermosas que ha escuchado en su vida las decían algunos padres al despedirse de sus hijos...Y si pudiéramos recuperar esas palabras...Si pudiéramos cantarles las nanas de Paqui...Nosotras hablábamos de amor y vida mientras esas otras madres perdían el amor y la vida....
No puedo integrar nada más. Solo que me gustaría hacer algo, recordar el nombre de cada niño muerto, de cada madre, escuchar sus historias, llorar con ellas como he llorado con todas vosotras... Compartir su dolor y su pena como único regalo.
No sé deciros. Ni que proponeros. Si hay otro curso tendrá que ser recordandoles a ellas, las madres de Osetia. Con lágrimas en el alma, un abrazo”
El curso siguiente volvimos a encontrarnos y hablamos de las madres de Beslán. Y ahora he sentido que tenía que traerlas aquí, a este prólogo porque siempre van a estar unidas a nosotras en Jaca. Porque el curso de Jaca tiene mucho de encuentro, de compartir historias, de celebración de la vida y del dolor, del gozo de la maternidad y del placer de las criaturas. Y de llanto por los niños que ya no están, los que llevamos siempre en el corazón. En Jaca aprendimos que no hay palabra que describa a la madre que pierde un hijo. Como dice una madre africana en un texto citado por Kereny y Jung “Y seguirá siendo madre aun cuando el hijo o todos los hijos tengan que morir. Porque ella llevó a la criatura en su corazón. Y aun después de nacida, la sigue llevando en su corazón. Y de su corazón no saldrá jamás, aunque el hijo o la hija mueran». No puedo integrar nada más. Solo que me gustaría hacer algo, recordar el nombre de cada niño muerto, de cada madre, escuchar sus historias, llorar con ellas como he llorado con todas vosotras... Compartir su dolor y su pena como único regalo.
No sé deciros. Ni que proponeros. Si hay otro curso tendrá que ser recordandoles a ellas, las madres de Osetia. Con lágrimas en el alma, un abrazo”
Pero además el curso de Jaca es una pequeña y humilde respuesta a todos estos interrogantes que nos surgen en torno a la maternidad en este mundo cambiante. Porque hace falta que alguien investigue sobre como recuperar la maternidad entrañable y gozosa en todo el mundo, para todos los bebés, para todas las mamás, para todos los papás. Un trabajo urgente y necesario y que muchas personas ya han empezado desde muy distintos ámbitos. Así encontramos a profesionales madres y a madres profesionales que escriben en este libro y se preguntan y profundizan sobre temas como los problemas éticos que se plantean en torno a la perinatalidad, la maternidad como herramienta de transformación social o la recuperación de la sexualidad femenina. Mujeres y profesionales que quieren cambiar el mundo que nos rodea y facilitar que el embarazo, el parto y la crianza sean momentos gozosos y procesos saludables y para ello colaboran con ministerios y colectivos profesionales aportando los estudios más rigurosos y traduciéndolos a un lenguaje directo y eficaz. Madres que se lían la manta a la cabeza y se ponen como meta conseguir que ningún recién nacido sea separado de su madre y para ello diseñan la campaña más alegre y completa y ambiciosa que se pueda imaginar. Los bebés están de suerte.
Este año se amplía la mirada del curso de Jaca y si el año pasado nos centramos en la paternidad ahora toca mirar al antes y al después de la maternidad, a todo el ciclo vital de la mujer. Por eso quiero terminar recordando unas hermosas palabras de una abuela que nos devuelven la esperanza. Pero antes quiero dar las gracias con todo el alma a María Jesús Blázquez, por haber creado este espacio tan necesario y ya imprescindible en el corazón de la Universidad española.
Gracias por poner en marcha un curso pionero donde por primera vez en la universidad las puertas no están cerradas a los niños ni a los bebés, donde las madres pueden acudir a clase y seguir aprendiendo con los más pequeños en sus brazos. Donde las profesoras pueden dar una clase con su propio bebé o niño ya mayor tomando el pecho. Un curso donde la conciliación entre maternidad y trabajo es una realidad armoniosa y que seguro pasara a los anales de la historia por haber conseguido ese gran mérito. Gracias a ella y a la Universidad de Zaragoza por este curso excepcional y esta tarea que se continúa con la publicación de estos textos y trabajos. Gracias por cuidar a nuestros niños.
Termino con las palabras de Clara González, madre de Consuelo Rojas que permaneció seis años secuestrada por las FARC colombianas y abuela del pequeño Emmanuel, nacido durante el cautiverio. Estando recientemente en Madrid Clara contó que cuando secuestraron a su hija “estaba perdida, ofuscada, no sabía qué hacer. Necesitaba conseguir toda la información posible, entender por qué estaban haciendo lo que estaban haciendo. Nada fue suficiente". Hasta que encontró la vieja tesis doctoral sobre la violencia que su hija había escrito años atrás en la Facultad de Ciencias Políticas. "Era un trabajo exhaustivo que terminaba diciendo que la única solución posible a la violencia era el amor. Esa reflexión fue lo que me dio el impulso para seguir adelante, para sembrar amor, conquistar amor. Porque uno no puede ganar lo que no recibe".
Y yo me atrevo a añadir que cuando hablamos de maternidad hablamos de amor.
Con Amor.
En Madrid, 22 de marzo 2008.
Referencias:
India pagará a las familias para que nazcan más niñas. EL PAIS, 4 de marzo 2008.
La ecografía, la técnica médica más relevante de los últimos 25 años. EL MUNDO, 6 de febrero 2008.
India alimenta el negocio de las madres de alquiler. EL PAIS y The New York Times. 20 de marzo 2008.
Tesis para resistir un secuestro, EL PAIS, 25 de enero 2008.
Fotos extraídas por Clau707 de AFP, El País, Agencias.
Ibone Olza.
Madre y médico psiquiatra.
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