Era también 18 de agosto, pero de hace 15 años. Salía de cuentas y no había ni atisbo de parto. Pioja dice que estaba muy a gusto en mi tripa, y que por eso tardó en salir.
Recuerdo esos últimos días como si los estuviera viviendo: mis ganas inmensas de verle la carita por primera vez, la ropita comprada, el olor de su pequeño jabón con forma de osito; las tardes de siesta tirada en la alfombra, sin preocupaciones... sin mayor ocupación que sentir cada contracción, cada patadita. Sin miedo y en libertad absoluta.
Durante todo el embarazo había escrito un diario para entregárselo cuando fuese mayor. "Mayor"... ¡sonaba tan lejano y mira! han pasado los años como si fueran días. Y ahora lo lee, una y otra vez. Pregunta, contesto. Le es difícil imaginarme niña y dejar de imaginarme madre. Y me abraza y me deja sin aire. Es la misma bebé que un día acuné y que cuando me atrapa entre sus brazos me dice cariñosa: Ya no quepo mami.
Aquel día pasó sin noticias. O quizá mi cuerpo daba alguna señal que yo no supe interpretar... nunca dolió nada; nunca tuve miedo. Su llegada al mundo fue exactamente como es ella: suave y delicada.
Ahora, quince años después, retomo aquel cuadernito viejo tantas veces leído ya. Mi espera de entonces cobra vida hoy y escribo, esta vez en el blog, las palabras que entonces aquel día dejé para ella :
Querido pequeñito de mi vida:
Seguimos esperando... ya casi se hace eterno que llegues. Cada vez que tengo una contracción me inundo de alegría y empiezo a controlar si viene otra, pero no.
.......
Estoy tranquila y feliz. A pesar de que sé que nacerás en cualquier momento no me siento asustada. Sé que todo va a salir bien. Ya todo está listo. Sólo faltas tú y cada momento que pasa nos acerca.
Eres mi sol y te amo tanto que es imposible que imagines cuánto.
Mucho amor, tu mamá.
Foto, Anne Geddes.com
4 comentarios:
¿Ya son 15 años?. Por Dios, mujer, el tiempo recorrió por nuestras vidas y nosotros, creyéndonos eternos, ni lo advertimos. Tu Vale ya está, al estilo de las ciudades bolivianas para "presentarla en sociedad" mientras que mi Iris ya está trabajando en un periódico igual que tú, cuando tu pioja estaba recién llegadita.
Dale un abrazo de mi parte, si todavía se acuerda de quién soy...
Ya ves amigo... cómo pasa el tiempo y deja su huella.
Desde luego que te recuerda. Cuando le leí tu mensaje dijo: ¡El Torito! :-)
Dale un beso a tu Iris y deséale de mi parte toda la suerte del mundo en el camino difícil del periodismo.
Otro para vos.
Que bonito para Mayor tener ese recuerdo de su mamá.
Y que bonito enfrentarse así al parto, con tranquilidad, sin miedos...
Un abrazo.
Tienes un premio en mi blog!
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