sábado, 21 de agosto de 2010

Ha dado fruto la semilla

20 de agosto de 1995

Hija Mía:

¡Has nacido! Es el día más especial y el más importante de mi vida. Puedo asegurar que la alegría de traer un niño al mundo no es comparable con absolutamente nada. Es el suceso más intenso que alguien pueda vivir y el acto más lleno de amor de todo el universo.
Ya te tengo a mi lado. Te ves frágil y aún no puedo asimilar que con tu llegada me has hecho madre. Que soy capaz de dar la vida a otra persona, tan inocente y bonita.
......
Pensaba acabar este diario aquí, cuando nacieses, pero será imposible porque me doy cuenta de que es ahora cuando realmente la aventura comienza...

Y comenzó. Y aún tengo presentes tus primeras palabras, tu primer paso, tu primer cumple, aquellos besos que me mandabas al dejarte en el colegio. La única rabieta que tuviste porque no supe dibujar "una cabeza recta". Tus juguetes preferidos, aquellos dibujos tristes en los que sólo aparecíamos tú y yo. Tu primer día en España cuando pensabas que aquí sólo había playa, chiringuitos y mujeres vestidas de flamenca. El día en que te regalamos un perrito y el día en que te nació la hermana que tanto deseabas. La primera vez que viste el mar, las risas juntas, las confidencias de siempre, los momentos buenos y alguno que otro malo.

Y ya se te ha acabado la infancia.  Y ya he celebrado a tu lado tus primeros quince años. Y nuestra fiesta ha inaugurado la que, seguramente, será la mejor época de tu vida. Disfruta corazón; a tope.
Como si fuera magia, te has hecho mujer y yo te añoro niña, pero también disfruto de tenerte a mi lado como amiga, de salir contigo en plan colegas, de compartir otra vez tu mundo de sueños y futuro. 

Cariño, se me inundan los ojos de verte tan hermosa. Y como hace quince años, todavía no asimilo haber sido capaz de dar vida a otra persona: tan inocente y bonita.

Aquella mañana de sol, domingo de agosto y cielo limpio, te vi tan mía y tan pequeña, que el tiempo se detuvo brevemente y pensé que ibas a permanecer así para siempre. Supe en ese momento que serías la mejor compañera y lo eres. Ya no tengo miedo de que crezcas. Ya no tengo miedo a que vueles alto y lejos. Te has convertido en aquella mujercita que un día soñé que serías. Y sigues iluminando mi vida, como el primer día. Ha dado fruto la semilla.


Feliz cumpleaños mi amor.
Que sigas siendo como eres: hermosa, sana y buena.
En letra azul: extracto copiado del diario de "a bordo" que le escribí a Pioja durante mi embarazo. :-)

4 comentarios:

Ana dijo...

Que bonito y que tierno Clau!!

Vanesa dijo...

ai, que me he emocionado, que pasada!!! Yo comencé un diario en cuanto empece a sospechar que estaba embarazada... pero una amenaza de aborto por sangrado que duro un mes (todo el mes sangrando) hizo que parara en seco, fue como un jarro de agua fría, y cuando me quise dar cuenta mi niño ya había nacido, y ahora la verdad es que estoy tan sobrepasada con todo que ni me lo había planteado. ¡¡¡Que sana envidia me da tu diario!!!!

Carol dijo...

Me parecen preciosas estas palabras que la has dedicado a tu hija. Se me han escapado las lágrimas y todo cuando lo leía.

Naiara dijo...

Como has conseguido emocionarme, me imaginaba a mi propia hija...
Eres una mujer maravillosa, que suerte ser así. Y tus hijas preciosas... tienes mucha suerte de saber ver la vida desde un prisma tan colorido y positivo. Me gusta tu mentalidad, consigues que rebusque dentro de mi para encontrar lo mejor. Gracias por enseñarme a ser mejor persona con mi hija gracias a tus experiencias y consejos.

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