El domingo, como todos los años, escondimos los huevos de Pascua para jugar a encontrarlos. Esta vez también participó Sofía, que cada vez está más viva e imita a su hermana en todo.
Ha sido una alegría verlas buscar y desarmar el salón en busca de los huevos de chocolate, abrirlos todos (aunque sea sólo para ver la sorpresita), comerse un trozo, guardar el papelito porque es bonito, armar el juguete que venía dentro, volverlos a esconder, volverlos a encontrar.
Jugamos a esto desde que la Pioja mayor tenía dos años. Le prometí un huevo por año... y claro, a los 5 años eran cinco huevos y ahora me ha tocado comprar 14! 12 para Valeria y 2 para Piojilla. Mientras buscaban los huevos Pioja mayor me preguntaba que si cuando tuviese 40 años también tendría 40 huevos... ya me veo comprándolos!
Tenemos chocolate para un año, pero seguramente durará sólo unos días... los niños son así.
La felicidad está hecha de estos momentos. Las amo.