Cuatro y cinco. Nació azul.
Como el día... que despertó nevado y frío.
Diez minutos de reanimación la separaron de mi pecho y me llenaron de angustia. Angustia silenciosa...
Nevaba y ella fue el único rayo de sol. Y luego lloró.
Fue un embarazo deseado, buscado y celebrado. Mi única criatura "planificada" al detalle... y su nacimiento no tuvo nada que ver con el parto dulce que dio vida a su hermana. No hubo esa calidez; Piojilla no tuvo el nacimiento soñado. Lloró y empezó su vida. Lo que entonces no sabía, era que también acababa de cambiar para siempre la mía.
Dicen que siete años es el tiempo necesario para cerrar círculos. Que la primera maternidad te cambia.... es cierto. Mi primera hija me cambió; y me dediqué desde entonces a investigar sobre estos temas.... ni de lejos imaginaba el camino que recorrería después.
Ha sido esta chiquitina la que ha hecho tambalear mi estructura. Mi Piojilla "mediana"; la que ha movido mis cimientos. Por ella es que soy otra.
Miro hacia atrás y veo todo lo que estos siete años han significado. No puedo hacer otra cosa que dar gracias.
Gracias hija.
Gracias porque sin tu nacimiento, seguiría creyendo que todos los partos son bonitos y que cuando no lo son, es porque las mujeres "no se informan".
Gracias por abrirme los ojos a una realidad diferente a la que yo veía.
Gracias por enseñarme que aquello que sabía (y que sé) de lactancia, no es ni siquiera la punta del iceberg.
Gracias por hacerme el camino de la maternidad menos llano, porque sólo así he podido comprender a otras madres.
Gracias por cada uno de tus besos y de tus rabietas. Por ejercitar el límite de mi paciencia y hacerme revisar a diario mis creencias. Porque aumentas mi fe en el amor.
Gracias por haberme hecho sentir la necesidad de crear un espacio para madres. Por haberme sacado de mi sillón cómodo y mullido - mi zona de confort- para dedicar mi tiempo a recibir el abrazo y la sabiduría de otras mujeres.
Gracias porque en estos años he conocido gente maravillosa.
Gracias por darme el poder de creer que mis acciones pueden cambiar el mundo.
Gracias por el hermoso nacimiento que le has regalado a tu hermano.
Gracias por todo lo que en estos años he aprendido.
Gracias hija mía, porque sin ti, sin tu nacimiento y sin todo lo que me has enseñado y me enseñas a diario, mi vida hubiera sido otra... y tal vez también la de más gente.
Gracias de verdad.
Feliz cumpleaños
Te quiero.
Mamá.