Querida Matrona:
He querido dejar pasar un día antes de responder tu entrada, para no escribir desde el enfado que anoche me ocasionó leerla. Como usuaria y activista, me ha dolido tu tono y tu reproche.
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Por favor lea atentamente las diferencias
entre parto medicalizado, natural y
humanizado. ¿información? |
Voy a hablar del ámbito público, porque en el ámbito privado (especialmente con matronas que se han salido del sistema y atienden partos/mujeres yendo a contracorriente) las cosas pueden ser diferentes. He sido y soy testigo de ello a diario.
En cuanto a lo institucional, ya se sabe: en hospitales y clínicas privadas, "el cliente siempre tiene la razón" y lo mismo se hace una cesárea en la fecha "que a todos nos venga bien" que se ofrecen "partos a la carta". Esto último parece estar de moda, sino, no me explico el boom reciente de "unidades de parto de baja intervención" en centros conocidos antaño como fábricas de cesáreas. De alguna forma, alguien de marketing hospitalario se ha dado cuenta de que las mujeres están cada vez más informadas y quieren ser "las protagonistas". Ya no solo valen
los partos educados.
Pero hablemos de lo público. Donde casi no hay matronas atendiendo la salud reproductiva de la mujer, por lo que hay pocas posibilidades de información desde el profesional. Como no nos metamos a Internet o vayamos a una reunión de las locas del parto, difícilmente aprobaremos el parto-máster necesario para hacer elecciones informadas. En mi último embarazo me pasé los nueve meses pidiendo que me atienda una matrona
-aunque tengo que decir que la de mi centro de salud deja en muy mal lugar a las matronas de España- porque estoy convencida de que es la profesional indicada para esa atención. Fue la misma matrona la que me informó, de malas maneras, que en Madrid el seguimiento de embarazo lo realizan los gines.
Y así fue. Las posteriores visitas fueron surrealistas. La estrategia de atención al parto normal no se conoce (espero que sea desconocimiento y no mala fe) ni en pintura. Que suerte tengo de ser "una mujer informada"... a las 12 semanas, la ginecóloga que "me llevaba" me advirtió de que, si a la 40 no me ponía de parto, me lo inducían. Mi FPP era el 6 de enero... parir en fiestas tiene esos riesgos.
Desde aquí, mi reconocimiento y admiración a esas matronas que trabajáis casi en la clandestinidad, atendiendo con amor y acompañando de verdad; peleando con vuestros compañeros por hacer las cosas bien. No sois muchas, pero tengo fe de que en poco tiempo, la nueva generación ganaréis terreno y las mujeres estaremos mejor atendidas.
La responsabilidad
Estoy de acuerdo, y además la ley lo recoge, en que la responsabilidad final en lo que concierne a mi salud recae en mí misma.
Toda actuación en el ámbito de la sanidad requiere, con carácter general, el previo consentimiento del paciente, que debe obtenerse tras recibir una información adecuada, y por escrito en los supuestos previstos en la Ley. (Leer más)
Como bien sabemos, en la gran mayoría de los casos se firma el consentimiento "informado" sin información previa (ni posterior...). Si por casualidad cuestionas cualquier procedimiento o requieres más detalles sobre algo que te interesa y quieres conocer mejor... según donde estés puedes caer muy mal y ser conocida como "la listilla". Hay hospitales -como el Puerta de Hierro de Madrid- en los que más te vale no presentar un plan de parto. Esto es una pena y no es nada más que un ansia de poder que no comprendo. Como bien dice mi amiga Fran, hay que tener más miedo (en cuanto a demandas se refiere) de aquella mujer que cual borrego firma lo que le pongan delante sin chistar. Será ella la que te denuncie cuando algo salga mal porque te está haciendo responsable de todo.
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Adoctrinamiento |
Pero el tema es más complejo. Ejercer nuestros derechos durante el embarazo y parto requiere un empoderamiento -palabro de moda- que no llega de un día al otro.
¿Cómo puede llegar una mujer a ese momento si durante años le han dicho que "no se toque ahí", que sus tetas son para el disfrute de otros, si los medios de información nos bombardean con publicidad sexista, que insulta nuestra esencia. Si cada programa de la televisión, empezando por los dibujos animados, nos incita a ser provocativas y sexys
-incluso desde la infancia- y luego la sociedad nos penaliza por ir provocando; nos culpa de que nos violen con esas faldas tan cortas. Si se normalizan las pérdidas de orina y se pinta de azul la menstruación. Si se tapan pezones que amamantan y se enseñan tetas que invitan a comprar toda clase de productos. Si se le dice a las mujeres "parirás con dolor" y solo se le ofrece la epidural (bendita e imprescindible si estás atada al gotero de oxitocina). ¿Cómo puede empoderarse la niña que no sabe nada de su cuerpo, no lo conoce, no lo aprecia? ¿Si
recibe doctrina para preparar el día de su boda y jamás habla de partos con su madre, si lee en las revistas cómo tener un culo perfecto, cómo gustarle más a Él...? ¿Cómo le pedimos a la embarazada que ejerza el derecho y responsabilidad de estar informada y elija en consecuencia si son los profesionales los que, en la mayoría de los casos, dan información a medias? ¿O directamente falsa? ¿Qué información puede tener una mujer que tiene acceso en blogs y foros a
cosas como ésta?
Me temo, querida matrona, que es mucho más complejo que echarnos una regañina desde un blog para que no vayamos ciegas al parto. Y a veces, ni siquiera ir de listilla te salva de nada... te lo digo yo. Que cuando llegué a la clínica hace 8 años, mi matrona leyó "mi historia" y me sentenció: ¿Así que tú eres de las que no quieren epidural? Pues ya verás como la pides!! Y vaya si la pedí.... pero no estaría aquí, ni escribiendo esto si no tuviera esta anécdota que contarte.
Pero hay más.
Se te olvida, querida matrona, que no todas las mujeres tiene acceso a información "de la buena" o los conocimientos necesarios para filtrar lo que no sirve. Se te olvida que hay mujeres que no leen, que no escriben, que tienen situaciones socio-económicas difíciles... que hay mujeres que prefieren comer -y dar de comer a los otros 4 hijos- que buscar un buen parto. Que a lo mejor no habla el idioma, o lo habla pero no entiende lo que le dices cuando comentas "macrosómico", "perineal", "vulva". Que es académica y tiene dos posgrados, pero nunca tuvo la oportunidad de conocer cómo funciona su útero, qué expectativas debe tener el día D... y que nunca le interesó saberlo porque ha sido educada como sugiero líneas arriba y sobre todo, porque CONFÍA.
Porque también va de eso. De la confianza. Porque no podemos ir al parto, a la consulta, como si fuéramos a la guerra. Porque en ningún otro proceso de salud hacemos un máster, por si acaso nos cuelen una válvula que no es cuando nos operan el corazón. Porque necesitamos creer que, sin importar si somos analfabetas o cultísimas, tú y el resto de sanitarios nos vais a atender bien. Como habéis jurado aquel día hace años... Con la evidencia científica en la mano, sin prisa porque es viernes, sin juzgar mi cultura, mi religión, lo que sé o lo que no sé. Porque no conoces el contexto en el que me criaron y crecí. Porque se supone que tu profesión es vocacional.
Porque el ideal sería que pueda llevar a mi hija de 11 años a conocer a su matrona. La que nos disipará las dudas sobre los primeros cambios en su cuerpo -si yo no puedo o no me veo en la capacidad de contestar sus preguntas- y así, que a lo largo de su vida reproductiva sea la profesional de referencia, la que está cerca para consultar cuando haga falta y no solo en el embarazo-parto-posparto y malamente. Reivindicaciones que a lo mejor deberíais/deberíamos hacer vuestras/nuestras y que no son objeto de este post.
Pero en vez de eso, llego a mi fecha de caducidad y me dicen que hay que inducir ya. Si dudo, me ofrecen un papel y me amenazan: "Será tu responsabilidad". Se les olvida contarme que TAMBIÉN ES MI RESPONSABILIDAD si firmo y accedo a la inducción. Y que nos rajen y nos hagan lo que haga falta... porque las madres somos así: por nuestros hijos, todo. Si me dicen que mis hijos corren el mínimo peligro, doy mi vida si hace falta.
No quiero que creas que deslindo responsabilidades. Al revés: Mi activismo y mi profesión consisten justamente en ello: difundir información con el riesgo de que me llamen intrusa. Es necesario informarnos; nadie compra un coche sin haber visto muchas marcas, modelos y colores. No debería ser diferente en un momento vital como este... pero somos criadas para seguir a la autoridad. En el fondo, todo esto no es más que una cuestión de género.
Desde luego. Estoy convencida de que es mi responsabilidad -y la de todas las mujeres- cada una de mis/nuestras elecciones. En todos los ámbitos. Y también el no saber es una elección. Eso no nos debería convertir en víctimas. Porque tanto si soy una ignorante o voy de lista, es tu obligación atenderme en buena praxis, sea yo quien sea.
Un abrazo.
Claudia.