jueves, 3 de julio de 2008

Una madre en libertad



Saber de la liberación de Ingrid Betancourt me ha emocionado mucho. La he visto con tanta entereza, tan serena a pesar de lo vivido, que no puedo sentir otra cosa que admiración y alegría por su reencuentro con la vida.
Ella, símbolo de paz en la Colombia convulsa, ha podido abrazar por fin a su familia y dar esperanza a los que quedan todavía privados del regalo de la libertad. Primero, estrechar a su madre. Y luego, fundirse con sus hijos...

Se me ocurren mil palabras para enlazar con su nombre: Ingrid fuerte, Ingrid sobreviviente. Pero sobre todo, Ingrid Madre. El poder de ese amor le ha mantenido viva. Al abrazar a sus hijos lo dijo claramente: "doy gracias a Dios por este momento tan bello. Mis hijos son mi luz, mis estrellas". Después, se quiebra su voz: "por ellos he seguido todo este tiempo".

Copio y pego la introducción de mi blog, porque creo que resume lo que ahora siento: Estoy convencida de que nacemos dos veces. La primera, hacia los brazos de nuestras madres. La segunda, hacia los brazos de nuestros hijos. Nadie nos dice que nuestra vida nunca más será la misma y tampoco es posible adivinar cuán grande puede ser el amor ni el inmenso poder que tiene el instinto. Cuando somos madres, comenzamos a nacer...
Ingrid, renace.
:-)

miércoles, 2 de julio de 2008

¡Estamos de vuelta! (resumen del viaje)


Fantástico.

Chicago nos ha encantado. Es una ciudad llena de gente amable, calles limpias, verde....muy verde. Hemos hecho todo el turismo que hemos podido porque la conferencia abarcaba gran parte de las horas del día, pero el tiempo ha cundido. Hemos prometido regresar y hasta en el hotel, Mr. Cordero, un botones gigantesco que también nos dio la bienvenida, nos dijo que nos echaría de menos. Chapurreaba el español con un acento gracioso, un poco mexicano y un poco de quién sabe donde.

La conferencia, súper linda. Fueron días de ver fulares, mei tais, mochilas y otros portabebés que no conocía. Un desfile de colores, diseños y telas. Uno más bonito que el otro... ¡cómo hubieramos querido llevárnoslos todos!

Hicieron una rifa en la que ni Zoila ni yo tuvimos suerte. Ya se sabe... eso de andar bien en el amor, te arruina en el juego.

Estuvimos con las caras más famosas del babywearing. Las dueñas y señoras de marcas como Didimos, Hopediz, Hotslings, Kozy, Sobebabies y Ergo... Jo. Seguro que Zoila lo podrá contar mejor que yo, porque es ella la más sabe de estas cosas.

Nos hemos presentado ante todos como la "delegación española", aunque por nuestras raíces, bien podríamos haber dicho Sudamérica. Jejeje.... Zoila la experta y yo la traductora. Sin embargo, debo decir que hay que tener un inglés técnico para hablar sobre este tema y en las primeras conversaciones tuve que desempolvar palabras como fular, anilla, nudo...

No os podéis imaginar todas las cosas hermosas que existen y la increíble estrategia de marketing que tiene cada una de las marcas. Yo alucinaba con los colores, las figuritas, los bordados y me gustaba todo. Zoila, más profesional, analizaba las posiciones, las telas, que si las anillas van bien, que si el niño va cómodo.... etc., y me decía: "este sí, pero tiene estas desventajas", "este no, pero mira que bonita esta idea..." y así.

Las conferencias estuvieron muy interesantes, aunque también apunto (sin modestia ninguna, moño!) que en España hay muy buena "técnica" y estamos a la par de conocimientos. Los que saben de esto dentro de nuestras fronteras spanish, no tienen nada que envidiar al exterior.

Hemos traído una montaña de papelitos, revistas, folletos... yo no he podido con la tentación de comprar más trapitos y a Zoila, visitadla... porque tiene cosas nuevas, preciosas.

Valeria, como ella misma diría, "flipó" con la visita. Le encantó la ciudad, la playa, las tiendas, los rascacielos, lo verde de todo, la amabilidad de la gente y no encontrar ni basura ni cacas de perro en la calle. Ha sido mi modelo particular y casi todas mis fotos tiene a la Vale de protagonista. :-) Le costó un poco "compartirme" con la Conferencia y todo el ajetreo, pero era impensable perderme un evento así. Hubo hasta un desfile de modas y todo...

Acabó agotada y un poco indispuesta en el viaje de vuelta, pero feliz.

La piojita, lejos de lo que esperaba, no estuvo ni triste ni acusó demasiado mi ausencia. Se quedó muy bien cuidada y se divirtió mucho con los primos. Hablamos todos los días por teléfono y sabía bien que fui de viaje en avión. Cuando llegué, besos, abrazos y regalitos.

A la próxima, repetimos seguro. ¿Alguien se apunta?




Ausente, pero no.

  No entro mucho por aquí aunque lo estético sea estar presente en redes. Y lo que sucede en realidad es que los días pasan rapidísimo y no ...