miércoles, 22 de junio de 2011

El triunfo de las madres

Para todas las madres insumisas,
que han hecho del amor su bandera
con profunda admiración y agradecimiento



Hoy ha sido un día de alegría inmensa. Habiba ha recuperado a su bebé, y con ella, madres de todo el mundo recuperan el sueño. Hemos llorado en todos los idiomas su pena, cantado nanas en otras lenguas y por eso es tanta la emoción de saberlas juntas de nuevo.

Quiero agradecer el apoyo infinito que se ha recibido para esta causa desde todos los rincones. Madres (y padres) de todo el mundo han hecho suyo ese dolor; han canalizado su energía, han escrito miles de cartas, han encendido una vela, han llorado junto a Habiba.

Alma ha vuelto al regazo de su madre por fin... esta noche dormirán juntas. Se llenarán de besos, parecerá que nada de esto ha sucedido y tal vez un día, Habiba le cante una nana y le cuente esta historia.

Pero nada acaba aquí. Aún quedan muchas Habibas y muchas Almas por reunir... lo que quizá no sepa nadie es que ahora, no están solas.  

No subestimes nunca el poder de las madres...
en ellas está la fuerza.
Cada lágrima derramada, cada abrazo, cada caricia y cada beso
es capaz por sí mismo de mover el mundo.
Su fuerza radica en el amor;
en el instinto supremo de proteger a la cría.
No creas nunca que será fácil vencerlas; tienen el poder.


viernes, 17 de junio de 2011

18 días sin amor...

No se cuántas veces he empezado este post.


Llevo horas sentada sin poder poner palabras a todo lo que está pasando porque no hay nada que pueda describir el dolor de Habiba.

Si a mi me duele el cuerpo, hace noches que duermo muy mal, tengo pesadillas y no me encuentro bien ni física ni emocionalmente; si estoy agotada de todos estos días de película... no puedo imaginar cuánto dolor tiene esa madre y especialmente, cuanto está sufriendo esa bebé sin su mamá.

Imagínate con alguien a quien quieres mucho. Estáis juntos y una ola te lo arrebata todo de repente. Sin aviso, sin posibilidad de huída...

¿Cómo te sentirías? Qué pensamiento se cruzaría por tu mente si todo lo que te es conocido y querido desapareciera de un plumazo. Si te dejaran solo. Si de tanto llorar te resignases a que nadie responda a tu llanto. Y que a pesar de ello, no pierdes la esperanza de volver a ver a quien amas. Y la ves. En un diminuto instante para tanta inmensidad de ausencia; te regalan una hora para ser acunado, querido, mimado. Y de repente, te llevan otras manos... te alejan otra vez.

No puedo escribir sin llorar. Lo siento.

Cada una de estas noches, al dar un besito a mi hija pequeña he intentado ponerme en la piel de aquella madre. No puedo. Duele demasiado. Y no puedo evitar preguntarme si la gente que tiene en sus manos la reunión de madre e hija duerme tranquila. ¿Tendrá hijos? ¿Los atenderá? ¿Tendrá aquellas habilidades maternales que tanto exige?

Han pasado 18 días. Una mínimas pausas de cariño, y otra vez al mismo infierno. 18 días sin amor...

Ausente, pero no.

  No entro mucho por aquí aunque lo estético sea estar presente en redes. Y lo que sucede en realidad es que los días pasan rapidísimo y no ...