Cuando era pequeña y mis padres tenían la consulta en casa, yo me ocupaba de leer todos los carteles que tenían en las paredes. Uno de ellos lo tenía aprendido casi como un rezo. "Tus hijos no son tus hijos...son los hijos de la vida". No entendía esas frases pero resonaron en mi cerebro desde entonces. Me parecían bonitas y ya está.
21 años después del nacimiento de mi primera hija, entiendo por fin la magnitud de estas palabras. Duelen como espadas. ¿Dónde se ha ido la vida, el tiempo...? ¿Por qué no fui capaz de dar más amor, más abrazos...¿ Por qué no fui capaz de hacerme absolutamente merecedora de su confianza? ¿Por qué soñé tanto con momentos y estampas que nunca llegaron...que idealicé sin pensar que esa niña no era, no soy yo?
Mi hija es una adulta ya. Con una historia propia. Siento que no puedo alcanzarla. Ella decide su vida. Tiene sus propios deseos. Sus propios pensamientos (que rara vez coinciden con los míos). Es una mujer sana, hermosa, inteligente y con unos valores inquebrantables. Y no... no me siento responsable de esto. Al revés. Me asombra que a pesar de MÍ sea la mujer que es.
Anoche lloré en los brazos de mi amiga esta certeza. Solo alguien que tiene hijos de esta edad podrá comprender cómo me siento... Ya no hay nada que pueda hacer si no se hizo. Los años no vuelven.
Hija. Te me has escapado como arena entre los dedos. Por fin he entendido que no me perteneces. Que nunca me perteneciste. Que ese espejismo de tener hijos es solo eso: fantasía
Tus hijos no son tus hijos
Son hijos e
hijas de la vida
deseosa de sí
misma.
No vienen de
ti, sino a través de ti
y aunque estén
contigo
no te
pertenecen.
Puedes darles
tu amor,
pero no tus
pensamientos, pues,
ellos tienen
sus propios pensamientos.
Puedes abrigar
sus cuerpos,
pero no sus
almas, porque ellas,
viven en la
casa del mañana,
que no puedes
visitar
ni siquiera en
sueños.
Puedes
esforzarte en ser como ellos,
pero no
procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida
no retrocede,
ni se detiene
en el ayer.
Tú eres el
arco del cual, tus hijos
como flechas
vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de
arquero
sea para la
felicidad.
Kahlil Gibran
2 comentarios:
Ostras, yo también tengo este poema de Kahlil Gibran en mi cabeza grabado desde que era pequeña, mis padres lo tenían colgado en mi habitación y aún hoy lo puedo recitar de memoria. Ahora estoy a pocos días de dar a luz y me he topado con tu blog. Gracias por decirlo así.
Que tengas un parto hermoso Ester! Un abrazo y gracias por leer.
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