domingo, 13 de noviembre de 2011

Dormir contigo...



El término “colecho” no lo conoce todo el mundo. Ni siquiera existe esta acepción en el diccionario de la RAE. Sin embargo, una gran parte de la población del planeta colecha o ha colechado alguna vez. ¿Qué significa? Es un término que se refiere a compartir cama, compartir el lecho.
Normalmente se comparte cama con la persona que se ama. Y ésta puede ser tu pareja o tu bebé. Seguramente hay pocas cosas tan agradables como compartir la cama con la persona amada.
Colechar es una opción personal y puede ser la solución para procurar un mejor descanso a la madre. Se trata de una elección; de una forma de hacer las cosas más fáciles, pero que no siempre funciona para todo el mundo. A tu alrededor habrá mucha gente que pueda criticar tu decisión y hacerte dudar de si haces lo correcto o no. De igual forma que no permitirías que alguien comentase sobre si haces mal o bien durmiendo con tu pareja, no permitas que nadie interfiera en tus decisiones de crianza: Si tienes ganas de dormir con tu bebé, puedes hacerlo. Eso sí, cuidando siempre de todas las medidas de seguridad de las que se puede encontrar abundante bibliografía.
Para algunas personas que crían en la filosofía de la crianza con apego, colechar es un postulado importante. Pero entiendo que ello no quiere decir que quien no colecha no cría bajo esa premisa… es decir, cuando el niño deja de dormir con sus padres, todavía queda mucho humano para criar. Por eso, quiero romper una lanza por aquellos padres que aún no colechando ofrecen a sus hijos una crianza respetuosa y llena de amor. Creo vehementemente que una cosa no tiene que, necesariamente, incluir a la otra.
Existe suficiente evidencia científica de que bajo ciertas condiciones, dormir con tu bebé es más seguro que dormir en habitaciones separadas. Los índices de muerte súbita son mayores en aquellos niños que no duermen con sus padres. Hay países como Japón, en los que la muerte súbita prácticamente no existe y se practica el colecho como una norma cultural. Esto tiene una explicación sencilla: Cuando el niño está cerca, la madre está más alerta, puede vigilar el sueño del bebé. El bebé copia la respiración de la madre y su temperatura.
¿Es una buena elección para todos? No. Debe practicarse bajo ciertos cuidados básicos y debe hacer felices a todos; especialmente a la diada Madre-Bebé.
No quiero hablar de todas las medidas de seguridad que deben tomarse en cuenta, porque ya hay suficientes artículos que hablan sobre esto y porque resultan obvias por sí mismas. Pero sí que quiero hacer una especial recomendación que se suele pasar por alto a la hora de colechar.
Los padres deben dejar de fumar. Y me refiero a que tampoco deberían fumar fuera de casa. El contacto con las toxinas que desprenden los cigarrillos incrementa el riesgo de muerte súbita y está demostrado que las toxinas que un fumador exhala son venenosas y que permanecen en el cuerpo del fumador, pelo, uñas, ropa, aliento durante mucho tiempo. Estar en contacto con el bebé después de haber fumado, le expone a estas sustancias.
Fumar en casa aumenta aún más los riesgos. ¿Entraríamos con nuestro hijo en un sitio del que previamente nos han informado: “el aire de esta habitación contiene al menos cuatro mil sustancias químicas, algunas de las cuales se han relacionado con el cáncer de pulmón y daños respiratorios y son especialmente dañinos en menores de edad”? Seguramente que no.
Colechar puede ser un placer y un descanso para toda la familia. Es una opción que es válida siempre y cuando se haga con  sentido común y prudencia. Practicar el colecho seguro es nuestra responsabilidad y parte del amor que ofrecemos a nuestros hijos.
Para leer más:
  • Dormir con tu bebé: Una guía para padres sobre el colecho - James McKenna.
  • Tu hijo dormirá y tú también - William y Martha Sears
Sobre tabaco muerte súbita:

2 comentarios:

Carol dijo...

No hace mucho contaba yo la historia de nuestro colecho.
Aunque me costó descubrirlo(por miedo) ahora mismo disfrutamos tanto los tres durmiendo juntos... para nosotros son todo ventajas, a pesar de alguna racha de patadas.
Si todos saliesen del armario seríamos más de los que lo reconocemos.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Tengo un niño de 4 años y mi bebita de 6 meses y los dos han dormido,y de hecho mi bebe aun duerme,en mi cama,es una experiencia inolvidable.Q se sirva del pecho cada vez q quiera,oler su piel,escuchar su respiracion etc...somos tan necerarias para ellos q al menos yo me siento superquerida.Arriba el colecho!!! Sonia

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