Ni un besito a
la fuerza
Puedes decir NO |
Aprovecho que me he ofrecido a
realizar un pequeño taller y lectura de cuento en la clase de mi hijo pequeño
para recomendaros la lectura de este libro. En él se trata un tema al que no
hacemos mucho caso y que, en general, nos parece poco importante: El pedir a
nuestros hijos dar besos aunque a ellos no les haga mínima gracia.
Desde que son bebés y cuando
todavía no tienen sentido de la propiocepción, (de hecho, no saben ni que
existen) pueden recibir con complacencia y alegría nuestras caricias y besos.
Son sensaciones de bienestar y amor que se les transmite desde sus figuras de
apego principales (normalmente, madre y padre, en ese orden), necesarias para su desarrollo
emocional. Poco a poco empiezan a darse de cuenta de que es algo que ellos
también pueden hacer y que reciben nuestros “vivas” y aplausos cuando logran
tirar el primer besito en el aire.
Hacia los 8-9 meses el bebé
comienza a distinguir entre las personas de su entorno a los “conocidos” y “desconocidos”,
y dentro de los conocidos, a quienes “le caen” mejor o peor por simple
afinidad. Es entonces cuando empezamos a decirles a nuestros hijos cosas como “dale
un besito a la tía/abuelo/vecina” y se producen los primeros rechazos por parte
del bebé. ¿Qué hacemos? Normalmente insistir y forzar ese beso.
El contacto físico no deseado es un tema complejo de abordar
con nuestros hijos, especialmente en una sociedad en la que se nos exige
ciertas pautas de comportamiento social como saludar con dos besos a quienes
nos visitan o al despedirnos.
A un niño (igual que a cualquier persona) le puede resultar
muy violento tener que besar a quien no le apetece. Le ponemos en una situación
incómoda y de rechazo cuando le insistimos en ello sin pensar en sus propios
sentimientos. Es importante validar esos sentimientos, pero además, respetar su
decisión si no desea tener contacto con alguien en particular, sea quien sea. Como adultos nuestro deber es dar mensajes de
que respetamos esa decisión, no ser invasivos (cuesta tanto no apretujar a un
niño pequeño!! Son tan lindos!!...
pero esta invasión satisface una necesidad del adulto, nunca del niño). En
cambio, en muchas ocasiones podremos escuchar verdaderos chantajes como “si no
me das un beso es que no me quieres” o “si no me das un beso, me enfado contigo”…
etc etc. O incluso peor, de insulto al niño: “vaya niño mal educado”.
Respetar su espacio vital es un imperativo. Jamás acercarnos
a besuquear/abrazar a ningún niño y mucho menos al niño ajeno sin su expreso
consentimiento. Preguntar, incluso a los más pequeños. Esto, no solo refuerza
su autoestima y le da una idea clara de que su cuerpo es suyo y de que él pone
el límite, sino que le protege contra cualquier acción que atente su seguridad
física y sexual. ¿Por qué hablar de abuso y su prevención en este contexto? El abuso sexual sucede en el 80% de los casos
en un entorno de cercanía con el menor. Que el niño/niña sepa decir NO y que no
le gusta X situación, saber que puede contar con un adulto de su confianza,
debería ser algo que fomentemos en su hogar.
Me parece importantísimo tratar este tema en las familias,
en la escuela de nuestros hijos, en nuestros entornos de vida. Hablar de ello con
sencillez pero con contundencia. Hay varios recursos en la red para hablar de ello y compartirlo.
Hace unos días, me llegó esta entrevista realizada a Pepa
Horno, en el que trata el tema del abuso sexual Os
la comparto AQUÍ.
Y además, dos entrevistas que me hicieron en Radio
Internacional (programa “Viva la educación” sobre Besos forzados – programa EDUCA 20170128 minuto 18.18 – y angustia de separación programa EDUCA
20170211, minuto 18.
http://www.radiointernacional.es/programas/viva-la-educacion/
Más programas…
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